Carta de amor a Hugo Chávez

                                                             República Bolivariana de Venezuela, 07 de febrero de 2013.



Amado Hugo, mi padre, mi hijo:

   Me pariste y te parí. Nos parimos. Nos regalamos alma y corazón. Por nuestras venas corre sangre de guerreros. Forjamos en las adversidades, en la pobreza, un espíritu de lucha.
   Por mis sabanas andabas detrás de papagayos multicolores en libertad. Yo estaba en ti, y tú en mí, como un tesoro escondido que debía ver la luz. Lo presentíamos.
   Nos parimos Hugo, y juntos crecimos.
   Somos la misma esencia, un reflejo de nuestros ideales.
   En la búsqueda de fe conocimos a Simón con su Manuela, y nos fundimos en un abrazo. Somos sus hijos. Hijos del viento, de la paz, de la alegría, de la danza, del tambor, del mar, las montañas, las selvas, las flores…
   Estamos hechos de pájaros cantores, de mariposas silentes, de canciones de cuna a la luz de la luna.
    Mi refugio es tu cuerpo; tu resguardo, mis brazos.
    La noche nos inspira y arrullamos sueños en chinchorros.
    Me hiciste, Hugo. Te hice, Hugo. Nos hicimos a imagen y semejanza de tantos que nos soñaron: Bolívar, Miranda, Zamora, Josefa, José Leonardo, Simón Rodríguez, Alí… tenemos su aliento, su coraje, su pasión.
   Pensamos que marchábamos por el camino de la utopía y hoy no estamos solos, cientos de pueblos nos acompañan. Nunca más seremos esclavos. Los caminos se abrieron, y con ellos, nuestras esperanzas.
   Por eso, en cada rostro moreno, mestizo, blanco, indígena o negro, vemos a un hermano.
   Nos parimos, Hugo.
   Me pariste, y te parí.
   Somos un mismo ser cargado de amor.
   Ya nadie nos podrá separar.

                                                             Tu madre, tu hija, por siempre:
                                                              La Patria Nueva.


Autora: Ana Cristina Chávez Arrieta. Periodista y Docente del IUTAG-Coro.