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Mostrando entradas de septiembre, 2009

Sexo y comunicación

Definitivamente, SEXO es una palabra muy atractiva, ¿cuántos de ustedes la leyeron y les llamó la atención? Pero no, no voy a tratar el tema del Kamasutra ni les presentaré alguna entrevista con un sexólogo experto, ¡nada de eso! Simplemente voy a abordar la manera muy particular que tienen los hombres y las mujeres de comunicarse entre sí, y cómo cada uno de los sexos enfrenta el uso del lenguaje en su día a día. Siempre se ha dicho que las féminas hablamos “hasta por los codos”, que no podemos estar un minuto calladas y que el “chismorreo” es nuestra mayor afición, pero es que los caballeros no comprenden aún nuestra necesidad urgente de comunicarnos para entender lo que ocurre a nuestro alrededor y manifestar lo que nos acontece internamente, mientras ellos se limitan a expresar un “sí mi amor”, “Ajá”, o “¿Qué hiciste de comer?”. José Ospina Valencia, en su artículo titulado “Mujeres y hombres: dos sexos, dos idiomas” (www.dw-world.de), plantea que la socióloga británic

Tres palabras que definen a la Mujer

Desde hace tiempo me preguntaba qué percepción tienen los hombres acerca de las mujeres y sobre todo, cómo nos vemos a nosotras mismas. Así que de manera informal realicé una encuesta a cien personas de mi círculo laboral y familiar, además de varios conocidos (75 hombres y 25 mujeres, entre 17 y 60 años), para determinar cuáles eran las tres palabras que consideraban definían a la mujer. El resultado fue realmente interesante debido a la diversidad de criterios de acuerdo a las edades de los encuestados, el sexo y el grado de instrucción. Entre las mujeres, la palabra que obtuvo mayor frecuencia fue INTELIGENCIA (15 ptos.), seguida de FORTALEZA (07 ptos.) y ocupando el tercer lugar estaba AMOR (06 ptos.). Con sólo un punto de diferencia se encontraban entre las tres palabras con que las mujeres consultadas definían a sus congéneres, los vocablos LUCHADORA y TRABAJADORA, y apenas en una sexta posición ubicaban BELLEZA. Los otros términos en que coincidieron parte de las 2

Educar para el desarrollo humano

Desarrollo significa crecimiento, avance, prosperidad, y la educación debe brindar esas herramientas a los seres humanos para su formación académica y personal, siendo ésta última la que marcará la diferencia en la sociedad. ¿Y es qué cómo educar sin tener la visión humanista del proceso? Los involucrados en el sistema de enseñanza y aprendizaje son seres de carne y huesos, con alma y espíritu, cuya acción debe estar marcada por la búsqueda del bienestar colectivo y a situar tanto al hombre como a la mujer en el primer lugar de su escala de prioridades. Para que una educación promueva el desarrollo –tanto individual, como del conglomerado social- debe estar fundamentada en inculcar valores, en propiciar la reflexión, el pensamiento y la creatividad, pues los seres humanos tenemos la enorme capacidad de generar propuestas novedosas partiendo de una realidad. La educación que propicia el desarrollo no es castradora, al contrario, es liberadora, tal como lo planteaba Pa

EL EJEMPLO EMPIEZA POR CASA

“Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente.” José Ingenieros. “Una palabra hiere más profundamente que una espada.” Robert Burton. “Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente, y a callar cuando no tengas nada que decir.” Johan Kaspar Lavater. Citando estas frases no pretendo redimirme, al contrario, las traigo a colación para que no se me olviden, para aprendérmelas y sobre todo para tomar consciencia de que no basta con el conocimiento; lo importante es aplicar eso que “sabemos” en nuestra vida diaria. Y es que particularmente divulgo por este medio impreso información referente a aspectos de la psicología humana para lograr el bienestar mental y resulta que en los momentos menos apropiados y con las personas que no se lo merecen, se me olvida todo lo que “sé” y digo, y la pongo… Sí, así como lo lee: la pongo… en criollito, pues. Cuando creía que tenía todo resuelto, me dejo

Máscaras

“TODAS LAS COSAS FINGIDAS CAEN COMO FLORES MARCHITAS, PORQUE NINGUNA SIMULACIÓN PUEDE DURAR TANTO TIEMPO”. Cicerón. Dicen que las mentiras tienen patas cortas y si vivimos en medio de una gran falacia no queda más remedio que fracasar, luego de dejarla en evidencia. Los seres humanos acostumbramos a disfrazarnos de quien desearíamos llegar a ser; buscando en lo material el sustento de nuestra vida espiritual, enfrascándonos en lo que no somos ni tenemos en realidad. Nos ponemos máscaras para ocultar nuestro verdadero pensar y sentir, sólo con el propósito de ser aceptados por la sociedad. Aunque insistamos en que somos sinceros en nuestro proceder, resulta que no. Suponemos que en las relaciones con los otros ha quedado claro lo que dijimos y nos contradecimos todo el tiempo, demostrándole a quienes nos rodean una cara diferente de lo que consideramos nuestra verdad. Mentimos, engañamos constantemente, con intención o no y somos engañados, decepcionados y defraudados también

A Dency...

Alejarse de la seguridad del hogar no es fácil, no importa la edad que se tenga. Irse a otra ciudad, a otro país, e incluso a otro continente, dejando los afectos atrás, es asunto de valientes. Definitivamente, el mayor problema es empezar de cero e ir estableciendo relaciones con las personas que vas conociendo. Todo es nuevo para ti, y de cada experiencia debemos tomar lo bueno y asimilar lo negativo como un aprendizaje que nos ayudará a crecer como personas. Pero qué agradable es, cuando en el andar, en la búsqueda de la amistad, del apoyo, nos topamos con gente buena, de esa que es difícil de conseguir, pero fácil de apreciar y respetar. Es aún mejor cuando a una de esas personas la consideras el padre o la madre que tanto añoras y que a su vez, ella también te mira como una hija, sirviéndote de guía y orientación cuando tienes algún problema. Y eso ha sido Dency Molero para mí aquí en Coro. Nos conocimos gracias a que formamos parte de un equipo de trabajo bastante int

Los hombres violentos

Ocurrió en algún lugar del mundo, no recuerdo cuándo, tal vez ayer, hoy o mañana… que un hombre ofendió a otro, éste respondió con violencia ante el ataque, y la violencia fue enfrentada con más violencia. Hubo un momento en el que todo lo que rodeaba a ambos fue utilizado como arma, incluso la naturaleza fue empleada como medio de destrucción. Mientras tanto, los hombres iban creciendo de tamaño y corpulencia en la medida que su violencia aumentaba. Su físico se alteró, sus rostros y miradas iban tornándose en grotescos rasgos de un rojo incandescente, y de sus poros brotaban llamas de rencor. Fue tanta la violencia y destrucción que reinaba a su paso, que lo que antes existió en el lugar del enfrentamiento desapareció. Lo que alguna vez tuvo vida y alegría, ahora dejaba una huella de desolación. Al observar el estado en el que se encontraba su entorno, los hombres violentos se llenaron de más rabia y siguieron atacándose con esa furia contenida de quien reprimió un sentimie

La búsqueda

Cinco y media de la mañana, agotada ya, mis ideas se entremezclan en un caldo frío de palabras. Es angustiante buscar el vocablo preciso, el más adecuado, el que le dé sentido al texto. Al inicio, cuando me senté frente al computador recién comprado, me encontraba plenamente emocionada. Escribía y pensaba, pensaba y escribía… las ideas fluían como un caudal incontenible. Las páginas se iban agotando con el pasar del tiempo; me olvidé de comer durante horas. Transcurrió la mañana, la tarde y cayó la noche. Se acercaba la hora de entrega del informe final: - Ocho de la mañana, ni más ni menos… dijo mi jefe. Y entonces ocurrió algo inexplicable: ¡las ideas que horas antes llegaban a mí como un tsunami, con la misma velocidad del viento y la inmensidad del agua, fueron arrasadas sin ninguna explicación! Mi mente estaba en blanco como esta hoja de papel en la que escribo. El informe, el informe… era lo único en lo que pensaba. ¿Qué digo?, ¿qué invento?, ¿qué hago?

“Hablar de Olimpio… Ser Olimpio”

Hablar de Olimpio Galicia Gómez es hablar de poesía, de ingeniería, de teatro y de pintura. Hablar de Olimpio es hablar de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, Víctor Jara y Alí Primera. Hablar de Olimpio es hablar de Arte en Escena, del IUTAG y de lucha gremial revolucionaria. Hablar de Olimpio es hablar de El Garúa, de amigos, de familia, de tragos, de huidas inexplicables y de relatos anecdóticos. Hablar de Olimpio es hablar de Egleé, de Libert, Libia, Frankz y Juan Luis. Hablar de Olimpio es hablar de estudiantes, de libros, de tierra, barro y adobe. Hablar de Olimpio es hablar de Coro, arepa pelada, chivo, dulce de leche, de La Pitahaya, de Paraguaná y de su gente. Hablar de Olimpio es hablar de mi Península, de su Península, de nuestra Península. De tanto hablar de Olimpio, anoche soñé que era él. Yo, menuda como una mariposa, aumenté de tamaño sin explicación alguna, mis facciones cambiaron repentinamente y mi mir

Al estilo Olga Tañón

Se ha dicho hasta la saciedad que la mujer actual es autosuficiente, emprendedora, exitosa y muy preocupada por cultivar su espíritu y cerebro además de su físico. Ante tanta maravilla es comprensible que los hombres se sientan intimidados y muchas veces no den la talla. Por algo, la mexicana Alicia Villarreal interpretó con mucha gracia y acierto “Te quedó grande la yegua y a mí me faltó jinete”, dedicándosela en ese entonces a quien fuera su esposo y que ahora, en el país de los “meros meros machos”, le cantan a los hombres que no responden a sus mujeres como se espera.Las féminas de hoy no se conforman con poco ni se quedan con las ganas, cuando algo no les funciona lo desechan, no sin antes haber hecho lo posible para tratar de solucionar el problema que les aqueja. Pero basta, ya han sido muchos siglos de opresión y amargura, y en el cielo se encuentran todas las santas que deben estar. Atrás quedaron los tiempos en que una, cual sumisa avecilla con rostro de Thalía, entonaba

¡Si las miradas mataran!

Si las miradas mataran muchos de los que estamos hoy en este mundo hubiésemos desaparecido hace unos cuantos años, sobre todo cuando esta frase estaba de moda, y ante cualquier mirada que pudiese calificarse como agresiva o de desprecio, el receptor del “centellazo” visual la pronunciaba, mientras que el portador de los “ojos asesinos” deseaba que fuera cierta tal expresión.Hoy en día no es muy común escucharla, pero jóvenes y adultos por igual, conocen el poder que ejerce la mirada en las relaciones sociales y, por supuesto, en la vida íntima.Cuando somos pequeños y nuestra madre nos amamanta, el contacto visual que establecemos con ella es fundamental, porque además de sentir su calor, el hecho que nos contemple mientras nos alimentamos y que tengamos la satisfacción de mirarla sonreír, nos nutre el espíritu. No importa si los ojos son saltones, almendrados o achinados; si son verdes, azules, cafés o negros. Si poseen largas y abundantes pestañas o si se encuentran enmarcados por una

La mala educación

El artículo que usted leerá a continuación se titula como la conocida película del cineasta español Pedro Almodóvar pero no pretende plasmar como en aquélla las sórdidas vidas de un grupo de hombres que, durante su infancia en un internado, fueron víctimas de los abusos sexuales de los sacerdotes encargados de educarlos.No. Este texto no es tan crudo, al contrario, aquí se analizará el tema de la mala educación desde un punto de vista más ligero pero no menos crítico. Esa mala educación de la cual somos objeto en la agencia bancaria cuando el cajero se dispone a realizar la transacción solicitada sin antes respondernos el saludo ni mirarnos al rostro; o cuando algún vendedor, luego de hacernos esperar por un largo rato, se dispone a atendernos con su peor cara de fastidio.La misma mala educación de las personas que en la calle te tropiezan y no se disculpan, de los niños que sin pedir permiso interrumpen a los adultos cuando hablan, o la del sujeto que en la fila del banco lee el perió

No los abandonen por ella

Con el auge de la tecnología informática se ha popularizado el uso del libro digital o electrónico (e-libro), así como los documentos y periódicos en línea, los cuales pueden ser leídos –e incluso oídos- mediante el empleo de una computadora o una agenda electrónica.La información digital puede estar contenida en un disco compacto o en Internet, y con sólo pulsar un botón, el usuario descubre ante sus ojos cientos de páginas de libros que pueden ser almacenadas o impresas, ofreciendo así numerosas ventajas, pues se guardan en la memoria de la computadora, en discos compactos, disquetes, o en otros dispositivos de almacenamiento extraíble, hasta el punto de permitir poseer una biblioteca en formato digital. Igualmente es más económico y fácil de obtener, evitando recorrer diversas librerías de la localidad para conseguirlo. Según información publicada en el diario El Nacional, cuerpo B, página 14, de fecha 16 de enero de 2007, “los periódicos y libros de hojas de papel pasarán al recuer

Los maravillosos 30

Treinta, un número que en la edad del ser humano es sinónimo de decisiones y análisis.Treinta, una oportunidad que se nos presenta para revisar lo hecho y colocar en la balanza lo positivo y lo negativo de lo vivido hasta ahora.Treinta, un momento para mirarnos en el espejo y preguntarnos: ¿qué he logrado?, ¿qué debo hacer para conseguir lo que quiero?, ¿a dónde deseo llegar?.En el sexo femenino los 15 años de edad son esperados con especial anhelo, porque significa que seremos reconocidas por la sociedad como todas unas “señoritas” y ya no recibiremos un trato infantil sino el de una adolescente que se está convirtiendo en mujer; por algo se llama “la edad primaveral” (con cursilería incluida). Luego, cumplir los 18 años es ansiado por los jóvenes de nuestro país para alcanzar legalmente la mayoría de edad que les permitirá votar (aunque en esos momentos es lo que menos interesa), y les facilitará la entrada a los locales nocturnos de moda sin tener que falsificar la cédula de identid

La culpa es de la vaca

Aunque este artículo se titule de la misma manera que el conocido libro de autoayuda, no voy a referirme a él propiamente, sino a un hecho que me ocurrió hace pocos días pero que tiene como protagonista al texto de historias y anécdotas en cuestión.Debo confesar que pese a las múltiples recomendaciones de colegas, familiares y amigos, y a las acostumbradas lecturas de índole reflexivo que realizan mis compañeros de clase en la Upel, no he logrado sentirme atraída por los textos del gurú brasileño Paulo Coelho, ni por los muy vendidos ¿Quién se ha llevado mi queso? o “La culpa es de la vaca”, entre los tantos libros denominados de “autoayuda”.Sin embargo, me inclino por los escritos por Renny Yagosesky y deliro por las revistas españolas “Psicología práctica”, “Vivir feliz” y “Vivir mejor”, las cuales tratan temas de interés general como relaciones de pareja, superación personal, alimentación balanceada, ejercicios, belleza, bienestar físico y mental, pero basándose en estudios científi

Internet: ¿Aliado o enemigo?

¿Se imaginan cómo sería su vida hoy en día sin un celular, una agenda electrónica o sin poder enviar ni recibir mensajes vía Internet? Se sentirían prácticamente desconectados del mundo, de hecho, cuando queremos olvidarnos de todo aquello que nos estresa, lo primero que hacemos es apagar esos aparatos tecnológicos y alejarlos de nuestra vista.Pero qué va, tal vez aguantemos 24 horas sin televisión, radio, prensa, Internet y celular, pero hasta allí: ese es el límite de tiempo (y en época de Mundial de Fútbol más). El ser humano es social por naturaleza, necesita saber qué pasa a su alrededor y mantenerse en contacto con sus semejantes para sobrevivir, característica que las empresas de telecomunicaciones conocen muy bien.Desde hace unos cuantos años la persona que no posea un “e-mail”, un “Messenger”, un sitio en la red, y más recientemente un “blog” (bitácora digital) no está en nada.La Internet, la mensajería de texto vía telefónica y el “chateo”, han acercado significativamente a l

De madres, mamás, mamacitas…¡y papacitos!

Una vez pasado el furor comercial del Día de la Madre, debemos comenzar a pensar en el regalo que le daremos a nuestro progenitor con motivo del Día del Padre. Claro, para aquellas personas que como yo, tienen la dicha de conocerlo y disfrutar de su compañía y afecto.Luego de ver hasta el cansancio maquillaje, ropa interior, vestidos, batas de casa, pantuflas, perfumes, zapatos, carteras, artículos de joyería y electrodomésticos en general, nos corresponde seleccionar un obsequio entre la amplia gama de objetos masculinos que mejor se adapte al gusto de papá.Es por todos conocido que en una familia la figura materna constituye el eje central, mientras que la paterna muchas veces queda relegada, porque al fin y al cabo, aunque el hombre socialmente es considerado como el proveedor del hogar, es la madre quien se convierte en la administradora de esos recursos y en la protagonista de la vida diaria de los pequeños hijos, quienes ven en mamá el motor del núcleo familiar.Aunado a esto, des

Ideas y cabellos largos

Si hace unos cuantos siglos se le hubiera preguntado a cualquier persona ¿qué es ser una mujer? probablemente habría contestado que ser mujer consistía en convertirse en la sombra de un hombre –su esposo-, y que tenía como deber servirle, cuidar del hogar y de los ocho o nueve hijos fruto del matrimonio. “El hombre para la calle, la mujer para la casa”, solían decir los bisabuelos.Pero para fortuna nuestra, siempre hubo sus excepciones, y gracias a esas mujeres luchadoras que se enfrentaron a las normas de la sociedad, hoy el género femenino ha logrado ocupar lugares importantes en todo el mundo.El solo hecho de pensar que una mujer dejara su hogar para salir a buscar el sustento diario, porque era madre soltera, viuda, tenía que ayudar económicamente a sus padres o a su marido, o simplemente por satisfacción propia, era inconcebible. Y ni hablar de estudiar, ¿a quién se le ocurría que para realizar los oficios del hogar, concebir y criar niños, las mujeres tenían que cursar estudios?.

¿Que tengo qué…? ¡Noooo señor! (I)

Dolor de estómago, manos frías, temblor corporal, garganta bloqueada, boca seca, corazón acelerado, rostro sonrojado y frente sudorosa. ¿Síntomas de enamoramiento? No. ¿Resfriado? Nada de eso. ¿Un cuadro viral? Tampoco. ¿Y entonces?Pues estas son las manifestaciones típicas del individuo que siente miedo escénico, y que afloran con sólo la idea de tener que explicar ante el presidente de la empresa y el cuadro directivo, el informe final del proyecto, o que en clases debe realizar una exposición ante sus 39 compañeros de estudio y el profesor. ¡Susto!El hecho de convertirse en el centro de todas las miradas y someterse al escrutinio público es realmente aterrorizante para muchos, sobre todo cuando saben que no se prepararon para la situación y que de eso depende su permanencia o no en el puesto de trabajo o la aprobación de la materia cursada.Los seres humanos, por naturaleza, le tenemos miedo al ridículo y a que un grupo de desconocidos se rían de nuestras torpezas o equivocaciones. P

¿Que tengo qué…? ¡Noooo señor! (y II)

Si le dicen que debe hablar ante numerosas personas y usted pronuncia la frase con la que titulo el presente artículo, siga leyendo, porque lo escribí para usted. En la primera entrega traté el tema del miedo escénico, el cual es definido por Renny Yagosesky (El poder de la oratoria, 2001) como “una forma de timidez que surge en presencia de grupos, o como consecuencia de pensamientos limitadores acerca de nuestra actuación frente a grupos...”.Lo importante no es sentir miedo, sino vencerlo, pues todos experimentamos temor a lo desconocido. De acuerdo a lo expuesto por el autor, el miedo a hablar en público es producto de una baja autoestima, inseguridad y falta de preparación, aunadas a la existencia de “pensamientos saboteadores” o ideas negativas con respecto a la propia conducta. Para vencer el miedo escénico, el especialista en comunicación oral propone seguir siete pasos: 1) Aceptar la existencia del miedo; 2) Confiar en nuestra capacidad para superarlo; 3) Modificar las creencia

Por favor, ¡escúchame! (I)

María : Hola mi amor (beso). ¿Cómo te fue en el trabajo? José: Bien. María: Yo tuve un día muy bueno también. Logré cerrar el negocio con el dueño de Ferretodo. ¿Recuerdas que te dije que no quería contratar con nosotros porque la competencia le estaba ofreciendo un precio menor? José: Uhmmm… María: Ellos tienen un precio muy bajo pero la calidad de sus productos también es inferior, tuve que demostrárselo al señor Rossini. Estaba un poco reacio pero lo convencí, hasta le vendí más de lo que esperaba. El jefe me felicitó. Estoy muy contenta. José: Ajá… Voy a bañarme…Tengo hambre ¿qué hiciste de comer? María: (Suspirando) Nada todavía, pero te preparo algo rápido. No voy a cenar porque me comí un cachito y me tomé un jugo con Laura. ¿Sabes que está embarazada? ¡Y parece que son morochos! José: Yaaaa…¿Dónde está mi toalla? No la consigo. María: La tienes en frente mi amor… José: (Besando a María en los labios) Por eso te quiero, no se qué haría sin ti. Muñeca, ¿me haces una arep

Por favor, ¡escúchame! (y II)

En la primera parte de este artículo hacía referencia a lo importante que es saber escuchar para entablar una óptima comunicación con nuestros semejantes, exponiendo la necesidad de practicar la Escucha activa, la cual se define como la disposición mental que permite interpretar, comprender y valorar eficazmente la información dada por una persona.Para entender en qué consiste la escucha activa es necesario conocer la diferencia entre oír y escuchar: oír es captar ondas sonoras, pero escuchar es prestar atención e interpretar esa información auditiva que se está recibiendo. Se puede oír el canto de los pájaros al despertar, pero si estamos atentos y nos tomamos nuestro tiempo, podemos escuchar y distinguir cada uno de los cantos, -y si entendemos sobre el tema- hasta determinar la clase de ave que emite cada sonido. De acuerdo a la revista Psicología Práctica (Nº 29, año 2002) en la vida cotidiana podemos toparnos con buenos y con malos escuchas. La persona que no sabe escuchar reclama

¡Gracias a Dios soy Mujer!

Definitivamente la naturaleza es sabia y decidió que naciera mujer, de lo contrario no habría pasado mucho tiempo para cambiarme de sexo.No me imagino haber tenido que practicar deportes sin mirarle las piernas a mis compañeros de equipo, o tener que compartir las duchas y concentrarme para no observar la anatomía del vecino.¿Por qué tener que jugar con balones, pistas, carritos y videojuegos, existiendo tantas muñecas en las tiendas, academias de ballet, clases de gimnasia rítmica o de nado sincronizado? Si no hubiera nacido mujer, aún en esta época me mirarían como un bicho raro cuando me vieran salir de casa con mis zapatillas de punta y mi malla.De no haber nacido mujer, no habría disfrutado a plenitud colocarme los zarcillos de mi madre, sus collares, pulseras y tacones, imitar a las cantantes de moda y jugar a ser modelo desfilando por el pasillo del departamento con mis labios pintados de rojo, las mejillas coloradas y sombra en los ojos.Si hubiera nacido hombre, no habría exper