YO, LECTORA. UNA CONFESIÓN

 

                       Ana Cristina Chávez A.


“La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? 
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, 
que ha perdido la risa, que ha perdido el color. 
La princesa está pálida en su silla de oro, 
está mudo el teclado de su clave sonoro, 
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.”

                    (Sonatina. Rubén Darío, 1896)

 

   “Hace ya bastantes años, doscientos años tal vez, por escapar de los gatos y de las trampas también, unos buenos ratoncitos se colaron en un tren y a los campos se marcharon para nunca más volver.

 

   Andando, andando y andando llegaron por fin al pie de una montaña llamada la montaña Yo-no-sé, y entonces dijo el más grande: lo que debemos hacer es abrir aquí una cueva y quedarnos de una vez porque como aquí no hay gatos aquí viviremos bien.”

                                                               (Fábula de la ratoncita presumida. Aquiles Nazoa)


   Recientemente, estos textos de Rubén Darío y Aquiles Nazoa, entre otros narrados por niños, fueron subidos al canal de youtube “Autopista del Sur” (https://www.youtube.com/channel/UCUJMYOvBNoOHQA0_m1k0srw); su visualización me permitió realizar un ejercicio retrospectivo, reencontrándome con la niña lectora que fui pero que aún permanece latente, porque en cada oportunidad que puede, le muestra a la mujer lectora que soy, la belleza reinante en la literatura infantil, plena de magia y pureza.

  Mi nombre es Ana Cristina Chávez Arrieta, de profesión comunicadora social, tengo 43 años  y nací en Maracaibo, estado Zulia, en el seno de una familia de periodistas, educadores y escritores. En el año 2003 me trasladé al estado Falcón, habité en las ciudades de  Punto Fijo y Pueblo Nuevo. Desde el 2008 me radiqué en Santa Ana de Coro, ejerciendo el periodismo y la docencia universitaria, y ahora, alzó el vuelo de regreso a mis raíces.

   Soy la mayor de tres hermanos, mis padres son periodistas y de ellos heredamos el gusto por la comunicación. Desde niña estuve rodeada de periódicos, revistas, libros, cultura y arte. Mis progenitores predicaron con el ejemplo y me enseñaron a amar la lectura como a la existencia misma, a deleitarme con el hecho de tener un texto en mis manos, a dejarme seducir por el perfume que despiden sus palabras y a degustar lentamente, pero henchida de placer, su contenido.

     Con ellos aprendí que la escritura es una manera de brindarse a manos llenas al mundo, y que la lectura es beber de la fuente del saber, acoplándose a esa alma que se desviste sin pudor alguno en el texto creado. Aunque le debo muchos libros a la vida, los que he leído me han dejado siempre una lección o algún aspecto para reflexionar, me han hecho viajar o vivir otras vidas, me los he gozado hasta el éxtasis y me han ayudado a crecer como mujer.

   Platero y yo, El Principito, El diario de Ana Frank, El Viejo y el mar, Mujercitas, Memorias de mamá Blanca, Horacio Quiroga, Édgar Allan Poe, Aquiles Nazoa con su “Vida secreta de las muñecas de trapo”, “La Edad de Oro”, la colección de cuentos infantiles de la Editorial La Oveja Negra, los relatos de los clásicos (Cenicienta, Blancanieves, Pulgarcito, la Bella Durmiente, Hansel y Gretel…), diversos cuentos latinoamericanos para niños, son algunas de las obras y autores que guiaron mis primeros años como lectora, tanto así, que aún hoy disfruto del goce estético que representa un libro infantil, con sus hermosas ilustraciones, tiernas historias y ocurrentes ideas.


   Pero fue durante la adolescencia, cuando mi afinidad con la lectura se fue afianzando, gracias al talento de Gabriel García Márquez. Recuerdo que como era costumbre en aquella época, mi primer acercamiento al realismo mágico de “El Gabo”, fue mientras cursaba bachillerato, cuando la tarea obligatoria era leer “Cien años de Soledad”, y producto de ese primer beso literario que recibí del autor colombiano, decidí aferrarme –con absoluto placer y entrega- al resto de su obra.    Tal vez el Gabo influyó en mi elección de estudiar periodismo, aunado a la impronta familiar. Ahora de adulta, sigo admirándolo, y siempre que puedo, trato de releer sus crónicas y reportajes, así como busco documentarme con ensayos, narrativa y poesía de diversos  escritores.

   Desde entonces, Julio Cortázar, Isabel Allende, Laura Esquivel, Ángeles Mastretta, José Saramago, Mario Benedetti, Juan Villorro,  se han sumado a mis preferencias lectoras.  Disfruto de una diversidad de textos, mientras la historia esté bien contada, apelando a la creatividad, al ingenio, al factor sorpresa y a la sugestión de la palabra. Continuamente estoy leyendo, tanto para mantenerme informada, como por asuntos de trabajo y estudio. En períodos largos de descanso -como las vacaciones- leo novelas, cuentos y crónicas con suma avidez, uno tras otro, bien sea en formato físico o digital. La poesía me gusta, siempre recurro a ella. Juan Calzadilla y Gustavo Pereira saben cómo reconfortarme y se los agradezco.


   Me place escribir y disfruto todo el proceso: gestar la idea, moldearla, investigar sobre el tema, plasmarlo en palabras, corregir, publicar... Como periodista, he venido trabajando la nota informativa y los artículos de opinión; he incursionado en la crónica, el reportaje y el ensayo. Es cierto que me falta más dedicación, pero estoy mejorando ese aspecto. Parte de mi producción la he publicado en diarios regionales y en mi blog personal https://mujermielysalmuera.blogspot.com

   Deseo perfeccionar mi escritura en general, por eso busco capacitarme constantemente. En este largo período en “cuarentena” participé en dos talleres literarios en línea, generando nuevos textos y retomé el acto de escribir como un ejercicio cotidiano, que permite redescubrirme como mujer creadora y exhibirme desnuda, efecto de mis lecturas. Me confieso pecadora, ¿cuál será mi penitencia?

                                                                                                                             

                                                                                                                 anachavez28@yahoo.es

                                                                                                            @AnaChavez_

 

 Texto publicado originalmente en https://www.lamananadigital.com/miel-y-salmuera-5/ el 02 de julio de 2020.

 

 

 

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