Hombres, ¡calladitos se ven más bonitos!
Ana Cristina Chávez A.
Vas caminando
por la calle y sientes que te observan, los conductores te tocan corneta, del
otro lado de la acera los transeúntes te chiflan, te silban, y gritan ¡Mamacita! Peor todavía, un desconocido te
sigue mientras dice: “Qué rica estás”,
“Lo tienes todo”. Otro tipo con el
que te topas de frente te mira de pies a cabeza, escaneando las formas de tu
cuerpo y se te va encima diciéndote “Estás
buena”. Tienes dos opciones: esquivarlo tratando de no mostrar temor y
continuar tu ruta, o insultarlo y darle una bofetada, pero nunca se sabe qué
reacción tendrá el susodicho. A veces se asustan si los amenazas con llamar a
la policía, otras debes recurrir a la ayuda de algún amigo para infundir
respeto, porque has comprobado que solo te valoran si ven que te acompaña “un hombre
que te represente”. Qué cosa tan patética.
Sigamos.
Te mantienes caminando y un señor junto a su pareja y con su hijo en brazos, pasa
a tu lado y te guiña el ojo, así nada más. Entras a un local comercial y los
varones te miran, murmuran algo entre ellos, nuevamente te sientes escaneada.
Tus senos, caderas, glúteos, piernas, rostro, son sometidos al escrutinio
masculino. Pero no les basta con observar, deben emitir un juicio acerca de tu
cuerpo. No importa que no los conozcas y tampoco hayas pedido su opinión, ellos
igual te dicen si tu figura y cara coinciden con sus cánones de belleza
personales, como si fueras un mueble o un jarrón decorativo que les gustó o no.
Celia Ramírez Zolezzi, en su artículo
titulado: “Los piropos: ¿halago o violencia contra las mujeres?”
(https://www.gob.mx/conavim/articulos/los-piropos-halago-o-violencia-contra-las-mujeres?idiom=es) cita
a Benalcázar y otros (2014), para explicar por qué el piropo es un gesto violento,
destacando lo siguiente:
1. Es un acto unilateral, ya que el hombre aborda a la mujer
con comentarios sobre su aspecto físico o frases de índole o connotación sexual y, si ésta las rechaza, se arriesga a
reacciones agresivas.
2.
Se constituye como una gratificación personal para quien dice el piropo,
particularmente cuando el piropo es dicho frente a sus pares masculinos.
3.
Se invade
sorpresivamente a las mujeres en un espacio público que
desde la infancia se establece como un lugar peligroso para ellas, vulnerando
con ello su derecho a transitar libremente, con tranquilidad y seguridad por
las calles.
4.
Se presiona
a las mujeres para no “provocar” a sus agresores, culpándolas
por las agresiones cometidas hacia ellas.
5.
La práctica del piropo busca la subordinación de la mujer, estableciendo una
posición de “poder” y
“control” por parte de quien lo expresa.
6.
Los piropos son una manifestación de la cosificación a la que son sujetas
las mujeres, fomentando que se les vea como objetos de placer
del hombre, lo que perpetúa los roles inequitativos de género y abre el camino
a la violencia.
Así que señores “piropeadores”, sépanlo bien, ahora les toca a ustedes:
¡Calladitos se ven más bonitos!, ¡Nos seguimos
leyendo!
Texto publicado originalmente en https://www.lamananadigital.com/hombres-calladitos-se-ven-mas-bonitos/ el 20 de agosto de 2020.
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