¡Cuidado! Docentes reflexionando
Algo
peligroso se está gestando en las aulas y laboratorios del Instituto
Universitario de Tecnología “Alonso Gamero” (IUTAG), del estado Falcón. Y digo
peligroso mas no negativo, ¡al contrario! es un fenómeno muy positivo el que
empieza a producirse en nuestra institución, pero que sin duda ha puesto en
alerta a más de uno (y una): los profesores estamos reflexionando sobre nuestra
práctica pedagógica, mirándonos por dentro, hurgando en nuestro quehacer educativo,
autoevaluándonos y sobre todo, criticándonos, esto como consecuencia de un
proceso de formación iniciado en el mes de febrero del presente año, que aún
cuando al comienzo reveló cierto escepticismo en algunos participantes, con el
transcurrir del tiempo ha ido rindiendo frutos y contribuido a que los docentes
veamos nuestra labor desde una perspectiva crítica reflexiva, enmarcada en la
transformación del instituto en Universidad Politécnica Territorial; visión que
se ha plasmado en recientes investigaciones, y particularmente en mi caso, en
el trabajo de ascenso titulado “Interacción social y diálogo de saberes en la
ejecución de proyectos sociointegradores del IUTAG: una aproximación crítica
reflexiva”.
Es
que el Curso de ampliación, actualización y perfeccionamiento en Investigación
Acción Crítica avalado por el Departamento de Postgrado del instituto, nos ha
permitido ver la profesión docente bajo el enfoque de la Teoría Crítica, cónsono
con el ejercicio del pensamiento crítico y creativo,
que se constituye en uno de los principios
orientadores del diseño curricular de los Programas Nacionales de Formación
(PNF), el cual impulsa “el constante cuestionamiento y transformación de las
prácticas de la educación universitaria como espacios intelectuales, científicos,
técnicos, políticos, estéticos y éticos”, pues “un pensamiento crítico y
creativo admite la duda, promueve el cuestionamiento y el debate abierto, es
renuente a la mentalidad reproductora y convencional, comprende la diversidad y
las limitaciones de las respuestas humanas…”
¿Pero en dónde se encuentra el peligro al que hago mención? Justamente
en la reflexión, en la crítica y autocrítica, porque al pensar –y actuar- sobre
lo que venimos haciendo y cómo lo venimos haciendo, hemos confirmado que hoy en
día el proceso educativo no es lineal y que por tanto, las acciones a emprender en
la ejecución de los proyectos sociointegradores de los Programas Nacionales de
Formación, no pueden ser producto del paso a paso de una receta, ni pueden responder
a un manual de instrucciones previamente elaborado, sino que deben
corresponderse con las realidades abordadas, con las necesidades, expectativas
y potencialidades del entorno, centrándose en esa realidad y adaptándose a
ella. De allí la emergencia de asumir la labor educativa como un hecho
dinámico, cambiante, que no puede estar aislado del entorno que lo circunda,
que debe ver más allá de lo escrito en los textos académicos, percibir lo que
está ocurriendo a su alrededor y escuchar lo que dicen los participantes, las
comunidades beneficiadas, problematizando la realidad, para en conjunto
estudiarla y transformarla, tal como lo propone el pedagogo brasileño Paulo
Freire. Así, los Lineamientos Curriculares establecen que los PNF se
caracterizan por abordar la complejidad de los problemas en contextos reales
con la participación de actores diversos, teniendo como otro de sus principios
orientadores la pertinencia, la cual supone la generación de respuestas
adecuadas a los contextos de acción entendidos como complejos, inciertos y
dinámicos.
Sin
duda, lo anterior requiere de un cambio en la estructura del pensamiento, abandonando nuestra zona de comodidad y mirándonos hacia
adentro, realizando una introspección, pensando, reflexionando sobre nuestro
quehacer cotidiano y comparando lo que descubrimos con lo que ocurre en el
entorno. Es decir, “reflexionando sobre la praxis”, como nos invita Paulo
Freire. De este modo, estamos obligados a pensar críticamente sobre nuestra
práctica docente, analizarla en retrospectiva además de evaluarla en tiempo
presente, para descubrir cómo esta se aleja o acerca a la concepción humanista y
crítica que promueven los Programas Nacionales de Formación y la filosofía de
la Universidad Politécnica Territorial.
En este sentido, el profesor Carlos Noguera expresa que el pensamiento
crítico ya no es sólo una consigna
revolucionaria sino que forma parte de una exigencia en todos los ámbitos
sociales. El investigador afirma que los docentes debemos asumir una actitud
crítica y promover en los estudiantes el pensamiento crítico, por tanto no
puede seguir replicándose el esquema educativo de dominación, domesticación y
reproducción de los modelos sociales tradicionales, lo que en palabras de
Freire, representa deslindarnos de la educación bancaria y asumir la educación
problematizadora y liberadora.
Por eso, los profesores que hemos tomado conciencia de esta realidad,
nos hemos convertido en un foco de peligro para aquellos que se quedaron
estancados en el pasado y rehúsan deslastrarse de las viejas prácticas. Como
profesionales, nos estamos formando para el cambio, para llevar a cabo la
transformación educativa de manera radical y auténtica, partiendo de la
reflexión permanente de nuestro accionar, lo que implica subvertir el orden
establecido y darle un vuelco definitivo al quehacer educativo como hecho
científico, político y social, procurando –de acuerdo a Ibrahim López García-
que “la investigación científica que realizamos esté al servicio de la
liberación cultural, económica y tecnológica de nuestro pueblo”.
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