La Comuna como espacio de integración comunicacional
* Ana
Cristina Chávez
Desde
1999, con el triunfo del gobierno revolucionario de Hugo Chávez Frías, Venezuela inició un proceso
de transformación que implica cambios en las estructuras sociales, en los
modelos de producción y en el sistema educativo, para garantizar la
participación activa y protagónica de las organizaciones populares, sociales y
comunitarias en cada una de las actividades y funciones políticas del país, con
miras a lograr el óptimo desarrollo de sus habitantes.
En
este sentido, al asumir el poder, el presidente convocó a una Asamblea Constituyente,
con el objetivo de transformar la Carta Magna venezolana en la plataforma
indiscutible que le devolvería a la palabra democracia su verdadero sentido de
“gobierno y poder del pueblo”. Con el tiempo, y la práctica revolucionaria, la
concepción y filosofía bolivarianas evolucionaron hacia lo que se conoce hoy
como Socialismo del siglo XXI, sin perder la esencia del pensamiento
libertario, ético y de unificación continental del padre Simón Bolívar. Es así,
como esta visión socialista -aún en construcción- se vio reflejada en las siete
grandes directrices con vocación social, definidas en el Proyecto Nacional
Simón Bolívar, Primer Plan Socialista 2007-2013, a saber: Nueva Ética
Socialista; La Suprema Felicidad Social; Democracia Protagónica Revolucionaria;
Modelo Productivo Socialista; Nueva Geopolítica Nacional; Venezuela: Potencia
Energética Mundial y Nueva Geopolítica Internacional [1].
De
estas líneas estratégicas destacaron dos en particular, por su inmediata
vinculación con la participación popular y el desarrollo integral del ser
humano. La primera fue la denominada Suprema Felicidad Social, referida a la
necesidad de construir una estructura social incluyente, formada por una nueva
sociedad de incluidos, un nuevo modelo social productivo, socialista, humanista
y endógeno, donde todos los venezolanos, sin excepción, vivan en similares
condiciones. Por otro lado, la línea estratégica correspondiente con la
Democracia Protagónica Revolucionaria buscaba consolidar la organización
social, para transformar las debilidades individuales en fuerza colectiva,
reforzando la independencia y la libertad.
Siguiendo
estas premisas, y teniendo como marco legal la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en cuyos artículos 5, 62 y 70 se establece que la
soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, que los ciudadanos y
ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos,
así como ejercer su soberanía en lo político mediante la asamblea ciudadana
[2], las comunidades se han organizado en Consejos Comunales y Comunas, para
unir esfuerzos y alcanzar beneficios colectivos, convirtiéndose en núcleos
transformadores del poder individual en poder popular. Del mismo modo, esta
importante iniciativa, se ve respaldada por la Ley Orgánica de los Consejos
Comunales, la Ley Orgánica del Poder Popular y la Ley Orgánica de las Comunas.
A
esto se suma la propuesta para la Gestión Bolivariana Socialista
correspondiente al período de gobierno 2013-2019, presentada por el candidato a
las elecciones presidenciales Hugo Chávez y continuada por el hoy mandatario
nacional Nicolás Maduro, en donde se determinan cinco grandes objetivos
históricos, resaltando el número dos por referirse a continuar construyendo el Socialismo
del siglo XXI en Venezuela, asegurando así la mayor suma de seguridad social,
mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad para nuestro
pueblo [3]. Sin embargo, esto requiere de la organización popular e implica un
cambio cultural, educativo e ideológico de los grupos sociales y comunitarios,
donde las relaciones comunicativas que se establecen entre ellos representan un
elemento de suma importancia en el logro de los objetivos trazados como
colectivo, y en la edificación de una nueva sociedad, pues:
…construir una nueva sociedad requiere también crear nuevas formas
de comunicación más democráticas, dialógicas, horizontales y participativas.
Maneras de comunicarnos que en sí mismas, en el modo de desarrollarlas y en sus
resultados, contribuyan a la sociedad participativa, solidaria y democrática
que queremos. [4]
Por
lo tanto, es fundamental que los colectivos organizados consideren la
comunicación entre iguales como una vía para el desarrollo integral de las
personas, que al ser inherente a la condición humana, lo es también a la
sociedad, pues vivimos en relación permanente con nuestros semejantes,
construyendo vínculos afectivos, psicológicos, espirituales, laborales,
económicos y productivos por medio de la comunicación.
Comunicación en Revolución
Comparto
la visión del ser humano como un ente comunicativo y complejo, porque entiendo
que el ser humano es, en sí mismo, comunicación, y que se realiza a través de
la comunicación, definiendo sus relaciones, cultura, acciones y modo de vida,
siendo por tanto, capaz de desarrollarse y satisfacer sus necesidades en y
desde la comunicación, como afirma Barrera:
La comunicación es la característica propia de la esencialidad
humana capaz de propiciar la relación entre sí misma y con otros, como también
capaz de plenar de contenidos la relación, en la búsqueda personal y conjunta
del sentido de las cosas. [5]
Los
miembros de las comunidades, al reconocerse en su esencia
comunicativa, e identificarse como agentes de cambio, podrían comprender la comunicación desde el ámbito comunitario y la relevancia
que esta tiene en el ejercicio del Poder Popular, lo que les permitiría
desarrollar mecanismos alternativos de comunicación y difusión, en donde el
mensaje integrador y liberador se enfrente al mensaje individualista y opresor
de los medios comerciales de comunicación, apropiándose de esta importante
herramienta social con una nueva visión de la comunicación como recurso para
alcanzar la libertad espiritual y la capacidad de edificar una nueva cultura
social. De tal manera, una de las
finalidades de las comunas es la de promover mecanismos para la formación e
información en las comunidades, en coincidencia con las funciones del colectivo
de coordinación comunitaria y los comités de medios alternativos de los
consejos comunales, los cuales deben crear y organizar el sistema de
información comunitario interno. [6]
En el mismo orden de
ideas, el Plan de Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019, garantiza el
derecho al acceso y libre ejercicio de la información y la comunicación veraz,
mediante el fortalecimiento de la soberanía comunicacional y de medios de
comunicación alternativos como instrumento de formación para la transición al
socialismo que potencien los valores ciudadanos, impulsando para ello el
Sistema Nacional de Comunicación Popular y desarrollando las plataformas
tecnológicas de los medios de comunicación. De este modo, el
gobierno nacional ha entendido la importancia de consolidar un sistema de
comunicación alternativa en manos del pueblo organizado, que responda a los
intereses, motivaciones, cultura, valores, principios y modo de vida de las
comunidades; que divulgue el patrimonio geográfico, turístico y ambiental, así
como el desarrollo productivo y político de las regiones.
Todo
esto tiene su razón de ser, puesto que para construir una sociedad democrática,
además de crear nuevas formas de relación comunicativa, se deben brindar las
herramientas necesarias para que el pueblo organizado acceda -sin
restricciones- a los medios de comunicación y a la información, como una manera
de vincularse a su entorno, liberarse y transformar su realidad. Por
lo tanto, es importante crear nuevos métodos de análisis comunicativo en el ámbito
comunitario, que contribuyan con la participación de todas y todos en la
generación, transformación, difusión y socialización del conocimiento,
producido en y por las comunidades, quienes deben estar en capacidad de asumir
una postura crítica ante los medios de comunicación reproductores de la
ideología hegemónica, así como de construir una comunicación alternativa
identificada con los valores, principios y necesidades comunitarias y
colectivas, que contribuya con la integración social y la liberación espiritual
del ser humano. En tal sentido, Kaplún ve a la
comunicación “como una herramienta, como un instrumento poderoso de la
organización popular” que permitirá:
…movilizar, organizar a la
comunidad, apoyar la acción popular, estimular la participación del barrio.
Así, sí la comunicación popular tiene sentido, eficacia, fuerza. La
comunicación por sí sola no es una panacea, no hace milagros: sola, aislada,
sirve de poco. En el trabajo popular, ella tiene que estar al servicio de la
organización. La organización, a su vez, sin comunicación, tampoco funciona
bien. Nadie participa en algo si no está informado. Para que la comunidad se
organice, necesita comunicarse, tener los medios que la comuniquen. La
comunicación es un instrumento imprescindible de la organización popular.
Cuando esta aprende a usarla, el movimiento popular se potencia, se dinamiza,
gana en cohesión, crece en eficacia. [7]
Por tal razón, urge incentivar la creación y
el fortalecimiento de vínculos de comunicación entre las diversas
organizaciones populares, entendiendo al ser humano como ser propiamente
comunicativo, quien apoyado en la comunicación puede desarrollar sus
potencialidades de manera integral, tanto individual como colectivamente. Además,
deben sentarse las bases necesarias para que el Poder Popular se apropie de las
herramientas comunicativas e informativas que propendan a realzar el trabajo en
equipo y la revolución de las masas, pues como afirma Buen Abad “comunicación no solamente es informar, es
construir moral, claridad política y capacidad organizativa. Comunicar
significa activarnos para la organización y para la acción”. [8]
Para ello es fundamental trabajar intensamente la tan necesaria
comunicación cara a cara con los habitantes del territorio comunal, traducida
en las visitas casa por casa y en las asambleas de ciudadanos y ciudadanas. Esto
implica diseñar estrategias de acercamiento comunicativo con todos los que
integran los territorios comunales, organizando actividades que propicien el
encuentro dialógico, el intercambio de saberes, de conocimientos y experiencias
sobre la dinámica comunitaria, que nos permitan escuchar de la propia voz de
nuestros comuneros y comuneras cómo están viviendo la comuna, qué esperan de
ella, pero más importante aún, cuál será su aporte como constructor o
constructora de esa comuna.
Es prioritario que estas
estrategias se elaboren partiendo de las necesidades, requerimientos y
propuestas de los mismos habitantes en el marco de un proceso de comunicación
horizontal, participativa, democrática, donde todas y cada una de las voces
sean escuchadas, pues como plantea Harnecker,
la principal forma de participación de la gente es “en la toma de decisiones
que le afecten e involucren a otros y en el control de la ejecución y
mantenimiento en el tiempo de las medidas adoptadas”. En estos términos, la
autora referida asegura que:
A medida que las personas van participando en
los asuntos que le son propios y logran con su organización y lucha, resolver
sus propios problemas, se produce un cambio cualitativo con respecto a lo que
antes existía, las personas comienzan a recuperar la confianza y se ven a sí
mismas como sujetos que aprenden, transforman y propician el cambio positivo.
Constatan, al mismo tiempo, el poder de las comunidades organizadas. [9]
Por
eso consideramos que si propiciamos la decisión colectiva sobre nuevas maneras
de comunicarnos, de mostrarle al mundo cómo somos, qué representa para nosotros
la comuna, pero también fomentamos el debate interno, el diálogo y la búsqueda
de consensos, estaremos a su vez ejerciendo nuevas prácticas comunicativas
fundamentadas en la reflexión crítica de quiénes somos, de lo que hacemos, y de
cómo queremos dar a conocer ese accionar cotidiano. Pero todo debe pasar primero
por reconocernos como seres esencialmente comunicativos, que interactuamos con
el mundo en, desde y a través de la comunicación.
Medios en manos del
pueblo
En el marco
de la transición socialista por la que atraviesa Venezuela se ha desarrollado
la conciencia del pueblo comunicador, empoderado de unos medios de comunicación
reflejen
su esencia, representen la liberación de los colectivos comunitarios y
contribuyan a la transformación de la realidad. Y es que debemos convertir los
medios de comunicación alternativa en una verdadera alternativa de vida,
activar las vocerías de comunicación de nuestros consejos comunales y en conjunto
implementar programas de formación en el ámbito comunicacional, que promuevan
principios otros, que se parezcan a la gente de nuestras comunas y se
contrapongan a los medios hegemónicos y a la cultura impuesta por éstos. Los
comuneros y comuneras debemos activarnos y tomar las calles con actividades
culturales, recreativas, obras de teatro, de títeres, cuentacuentos, entre
otras manifestaciones que difundan nuestra manera de ver la vida y los valores
de esta nueva sociedad en construcción. La comuna, como centro de integración
humana, debe verse plasmada en los murales de nuestras calles, en la música que
invada nuestras casas, en el habla de nuestra gente, en la conciencia de ser
muchos y a la vez uno solo que se comunica, que siente, que dice lo que piensa,
y en ese proceso construye nuevos idearios.
Fomentar nuevas prácticas
comunicativas en, desde, por y para el Poder Popular constituye una labor
ardua, sabemos que aunque se han multiplicado los medios de comunicación
alternativa en Venezuela, nos enfrentamos a los gigantes mediáticos
responsables de varias décadas de hegemonía comunicacional, la cual ha hecho
mella en nuestras maneras de actuar y de
pensar. De allí la importancia de sembrar una nueva conciencia, donde nos
deslastremos de los principios individualistas propios de la lógica del capital
y los sustituyamos por valores socialistas, democráticos y liberadores del
espíritu humano. Y en esto, las comunas, los consejos comunales y los
colectivos sociales como expresión auténtica del Poder Popular deben asumir las
riendas y construir unos medios de comunicación que realmente sean la
alternativa al mensaje difundido por los medios comerciales, fortaleciendo las
vocerías populares y las redes de comunicación.
El marco jurídico venezolano
sienta las bases de esta nueva manera de comunicación, una comunicación-otra
que sepa a pueblo, y que en el caso de nuestro Estado Falcón, que sepa a dulce
de leche, a arepa pelada, a chivo asado, que suene a tambor y a cadera
serpenteante dibujada en una piel tostada por el sol. Nos urge una comunicación
entre iguales, donde nos reconozcamos en nuestras diferencias pero también en
nuestras coincidencias, con la que podamos alcanzar consensos y conciliar los
desacuerdos, que nos permita liberar lo mejor de nuestro espíritu y no seguir
convirtiéndonos como lo hemos sido hasta ahora, en esclavos de nosotros mismos
y de lo que nos vende la publicidad. Queremos una comunicación solidaria que
piense en colectivo y construya patria, una comunicación que comunique y no que
informe, que dialogue y no que imponga, que edifique y no que destruya: una
verdadera comunicación popular.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
[1] Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan
Socialista PPS-2007-2013.
[2] Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999) Caracas, Venezuela.
[3] Plan para
la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019. Propuesta del Candidato de
la
Patria Comandante Hugo Chávez.
[4] Ministerio para la
Economía Popular. Viceministerio de Formación y Desarrollo
Popular. Venezuela.
Misión Vuelvan Caras. (2006). Comunicación integral. Eje de
formación
sociopolítica.
[5] Barrera, M. (2005).
Comunicación y antropología. Estudios de comunicación,
cosmovisión y antropología filosófica. Venezuela. Ediciones
Quirón y Sypal.
[6] Ley Orgánica
de las Comunas. Gaceta Oficial Extraordinaria número 6.011, del 21
de
diciembre de 2010.
[7] Kaplún, M. (1985). El comunicador
popular. Colombia. Ediciones CIESPAL.
[8] Buen
Abad, F. (2012, mayo 09). Bases populares deben convertirse en agentes de
comunicación de la revolución. Caracas,
Venezuela: Correo del Orinoco. N° 959.
Venezuela. Página 22.
[9] Harnecker, M. y otros. (2005).
Herramientas para la participación. Venezuela.
Ministerio de Participación Popular y
Desarrollo Social.
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* Periodista. Docente e
investigadora universitaria. Integrante de la Comisión de Medios de la Comuna
Socialista La Guinea.
** Resumen de la ponencia “La
comuna como espacio de integración comunicacional. Comuna La Guinea: una
experiencia en desarrollo”, presentada en el Coloquio: “Comunicación y Democracia: reflexión necesaria
desde la construcción del socialismo del siglo XXI”, organizado en la UBV
Falcón el 13 de marzo de 2014.
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