El enigma de las computadoras

A Mandrake, el mago.

Demostrando ser mucho más vulnerables que las súper computadoras de Raúl Reyes y el Mono Jojoy, los equipos informáticos del Instituto Universitario de Tecnología Alonso Gamero (IUTAG) nuevamente fueron víctimas de los poderes de prestidigitación de los amigos de lo ajeno, quienes en los últimos tiempos han perfeccionado sus prácticas al mejor estilo de Chris Angel o del legendario Houdini, llevándose en esta oportunidad 39 computadoras de los laboratorios ubicados en el Departamento Académico de Administración, sin que nadie viera ni oyera nada, y sin violentar puertas, techos o ventanas.
Al parecer, ya es costumbre que luego del periodo vacacional la institución sufra hurtos masivos, siendo los equipos tecnológicos los preferidos por la delincuencia, quien sin pudor alguno se ríe en nuestras caras lanzándonos un sarcástico: “te los robo, te los robo, te los vuelvo a robar, te los robo veinte veces y nunca me atraparás”.
Como desde hace tiempo los cinturones se soltaron dejando caer pantalones por doquier y nuestro cuerpo de investigaciones criollo no da con los culpables, con todo el dolor del alma tendremos que permitir la injerencia norteamericana para resolver tan misteriosos casos. De esta manera, en los próximos días los científicos de C.S.I Miami y C.S.I. Nueva York recorrerán los pasillos del tecnológico en busca de las pistas que los llevarán a los autores del delito. Sin embargo, por lo complicado del asunto, se requerirá de la obsesiva y escrupulosa acuciosidad del singular Monk, si no queremos esperar veinte años para que la detective de Cold Case resuelva el caso.
Lo más lamentable de todo esto es que los equipos donados por la OPSU a principios de año, nunca fueron utilizados, a la espera de una prometida y tan ansiada visita del Ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, con el fin de inaugurar dicho laboratorio de informática y el nuevo módulo de aulas, que por cierto, no cuenta con los servicios básicos y que está situado entre dos elefantes blancos, como lo son la biblioteca de Cidiutag y el comedor central. Así, ambas edificaciones duermen el sueño de los justos, sin recibir una respuesta concreta por parte de las autoridades ministeriales.
Ante tal panorama, nuestro llamado es a tomar de modo contundente y con visión gerencial, las decisiones correspondientes que permitan solucionar estas y otras situaciones que afectan a la comunidad iutagista y desacreditan la imagen institucional, pues no debemos cruzarnos de brazos para resignarnos a cantar en coro: ¿dónde están las computadoras? Matarile, rile, ron. ¿en el fondo del mar? Matarile, rile, ron, quien las va a buscar, matarile, rile, ron, debe ser valiente, matarile, rile, ron…

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