La mejor hallaca la hace mi mamá (I)
Pasadas las comilonas decembrinas y preparándonos ya para los carnavales, nos miramos en el espejo y seguro decimos: “No como más, estoy gordísima (o), ya no aguanto estos cauchos y esta barriga”, por lo que nos proponemos que esta vez sí haremos ejercicio y nos alimentaremos con moderación, cual pajarito, pero ¡mentira! no nos engañemos más, porque sabemos muy bien que no lo vamos a cumplir. ¿Es que acaso entre los placeres de la vida no está el de comer? Y si la excusa perfecta para reunirse con la familia y amigos es disfrutar de un buen plato de comida, entonces hagámoslo sin remordimientos. Sí, sí, ya sé que los médicos recomiendan consumir alimentos bajos en grasas, comer frutas y verduras y ejercitarse con frecuencia -y no digo lo contrario- pero lo importante es que todo aquello que comamos lo disfrutemos a plenitud, y si es acompañados, pues mucho mejor. Laura Esquivel afirma en el texto “Íntimas suculencias. Tratado filosófico de cocina” (1998) que “uno es lo que co...