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Mostrando entradas de noviembre, 2016

LA LECTORA INFIEL

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                                                                                        Ana Cristina Chávez*   Tengo la costumbre de leer varios libros a la vez, algunos me los devoro de principio a fin, de un tirón. Los disfruto, los gozo, los saboreo, hasta que cumplido el viaje juntos, nos liberamos, satisfechos con lo vivido. Unos cuantos los dejo a medias, medio leídos, medio rayados, medio arañados, con mis huellas en sus lomos. Otros los pruebo llena de expectativas, emocionada, y los abandono en las primeras páginas, decepcionada o molesta, mientras ahogan sus penas  en alcohol en el fondo de algún mueble o una caja, borrándolos de mi memoria y mi mirada. Pero hay unos que siempre estuvieron ahí, observándome en la lejanía, sonriéndome, con ganas ...

Soledad y alegría en “La casa del viento”

                                                                                            *Ana Cristina Chávez    H ay un vacío en la casa, el viento que se asomaba alegre, vibrante, con cánticos de poesía, llora a ratos destilando lágrimas olorosas a madera virgen. Sus habitantes se mueven como sombras y el viento que los alienta lo sabe. Son siete almas las que faltan, siete corazones que dejaron de latir pero que se sembraron fuertes como el árbol que cobija el hogar.    El vacío se percibe, faltan siete, pero los rincones desolados se van llenando de sonrisas nuevas, almas jóvenes, que crecen bajo el resguardo de las que se fueron y laten al ritmo de las que permanecen. Sonrisas nuevas amparadas en historias que solo conoce La C...

¿Cómo salir ilesa de un huracán?

¿Cómo salir ilesa de un huracán? Si cuando piensas que lo tienes dominado, bajo control, te alza en el aire, te sacude y te arroja al piso. No te queda más remedio que levantarte y seguir adelante, con el pecho adolorido y el alma resquebrajada. Hay huracanes tan peligrosos, que con una sonrisa te alborotan el espíritu, te entusiasman, te seducen, te envuelven, te poseen y te elevan. Tú te dejas, te abandonas a su antojo, te desvistes, te arropas en su aroma, en su sexo, en su abrazo. Ellos te miran y sonríen. Hasta que un día, un torbellino se acumula en tu cuerpo, te golpea contra los cristales de la realidad y pierdes la conciencia. Al despertar, solo quedan las huellas del despojo. Ana Cristina Chávez. 30-10-2016

ESCRITO EN LA PIEL

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                                                                                                     Te regalo un libro                                                                                                        ...